“Estaba al límite, mis problemas de ansiedad se habían convertido en un problema grave en mi vida ya que interfería en todas las áreas de mi vida. Me estaba resultando muy difícil superar la muerte de mi madre, no era capaz de poner límites a las personas de mi entorno, me culpabilizaba de todo lo que pasaba en mi vida, no sabía cómo expresar lo que pensaba y me sentía muy insegura.
Estaba totalmente perdida, bloqueada, muy superada por la situación. Además, estaba teniendo muchas dificultades para ser madre, la cosa que más deseaba en el mundo.
El cambio que hice trabajando con Maria fue impresionante. Aprendí a escucharme a mí misma, a no sentirme culpable ni a condicionar mi forma de ser a lo que pensaran los demás. Empecé a sentir mucha paz interior al pensar en mi madre. Aprendí a controlar la ansiedad hasta el punto que desapareció.
Ahora soy capaz de poner límites a mi entorno y doy prioridad a aquello que me hace feliz. Recientemente, he sido madre, y estoy viviendo esta nueva etapa con mucha felicidad. Cuando tengo momentos de angustia, recurro a las herramientas que aprendí durante la terapia y tengo mucha más seguridad en mí misma.
Cuando empecé a trabajar con Maria, tenía la impresión que lo que estaba aprendiendo me serviría para un momento de la vida en concreto, para superar aquella situación que me creaba tanto malestar. Pero el hecho es que las herramientas que aprendí me ayudan mucho en mi día a día. Pongo límites sin sentirme culpable, he cambiado la manera en la que me dirijo a los demás. Ya no me da miedo ni vergüenza expresar cómo me siento.
Me siento agradecida. Para mí era muy difícil confiar en alguien a quien no conocía de nada y explicarle cosas tan personales e íntimas, pero con Maria me sentí muy cómoda y eso hizo que fuera fácil”.